Se resume este interesante estudio publicado en Tendencias 21, Revista de Ciencia e Innovación Tecnológica
A través de la actividad intelectual ejercitamos el pensamiento. Dentro de los pensamientos posibles, intuitivo, deductivo, social, entre otros... existen también los pensamientos involuntarios que aparecen en la mente y pueden aportar connotaciones negativas
Según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria cada día generamos unos 60 mil pensamientos, de los cuales el 95% surgen espontáneamente. De ellos hay un porcentaje de negativos o intrusivos que pueden incidir en miedo o preocupación.
Para la mayoría de las personas los pensamientos intrusivos pasan rápidamente. Si son repetitivos, angustiosos e incontrolables pueden suponer una afección psiquiátrica.
Un estudio de la Universidad de York en el reino Unido , ha descubierto que la falta de sueño disminuye la capacidad natural de evitar que los pensamientos intrusivos y negativos penetren en nuestra mente, llegando a la conclusión de que dormir poco reduce la capacidad de mantener a raya los pensamientos negativos que se nos cuelan en la mente y pueden complicar la salud.
El estudio fue dirigido por el Doctor Marcus Harrington analizando la capacidad de reprimir pensamientos intrusivos en dos circunstancias:
Primero estando privados de sueño.
Segundo después de un buen descanso
Se trabajó con fotografías para que los participantes asociaran rostros con escenas unas veces negativas emocionalmente,(como puede ser una escena de guerra) y otras veces escenas neutrales, (como por ej. un paisaje urbano)
Después de una noche de sueño, o de privación total de él, a los participantes se les mostro las caras de las fotos y se les pidió que intentaran reprimir los pensamientos relacionados con las escenas asociadas.
Los que habían dormido bien controlaban con facilidad el despliegue de pensamientos negativos no deseados, pudieron ver las escenas negativas de manera positiva y mostraron una respuesta de sudor reducida al presentarles escenas desagradables. Por el contrario, al grupo privado de sueño les costaba mucho más trabajo mantener a raya, o controlar, los pensamientos no deseados, y no tuvieron un nivel de sudor reducido cuando observaban escenas desagradables.
En total, la investigación comprobó que los participantes que habían sido privados de sueño sufrieron un aumento de pensamientos no deseados en un 50% en comparación de los que durmieron bien toda la noche.
Harrison ratifica al respecto que la perdida de sueño tiene un impacto considerable en la capacidad de mantener los pensamientos negativos fuera de la mente. Reconociendo que la capacidad de suprimir pensamientos no deseados varia drásticamente entre individuos, pero que hasta ahora se desconocían los factores que impulsan esta variabilidad, dando por sentado que la falta de sueños es uno de ellos.
Los autores destacan que esta nueva investigación puede dar una pista para algunos temas de salud, como las personas que padecen afecciones asociadas con pensamientos negativos, depresión, estrés postraumático, esquizofrenia y el trastorno obsesivo compulsivo. Sus hallazgos podrían tener implicaciones para la comprensión de todos los trastornos relacionados con los del sueño. El estudio ofrece una visión importante del impacto del sueño en la salud mental pera tener en cuenta este dato.
Se sugiere también que la aparición de perturbaciones emocionales después de episodios de falta de sueño, pueden crear un círculo vicioso, ya que esa angustia emocional puede inhibir el sueño necesario para la recuperación .
J Motis P Resumen y estudio
Tema en Tendencias 21, por RedaccionT21: "Dormir poco envenena la mente". Publicado en red social abierta a compartir
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