La lectura es uno de los mejores ejercicios posibles para mantener las capacidades mentales del cerebro poniendo en juego un importante número de procesos mentales entre ellos, la memoria, el razonamiento y la percepción.
Leyendo se activa el hemisferio izquierdo, que es el del lenguaje y análisis, activándose al mismo tiempo varias áreas de ambos hemisferios.
Corteza cerebral se activa en varias áreas para decodificar las letras, las palabras y las frases:
La corteza occipital y temporal se activan para ver el significado de las palabras.
La corteza prefrontal es activada al razonar sobre el contenido y el significado de lo leído. Al activar esta parte del cerebro se activa la capacidad de razonar la inteligencia de las personas.
La corteza frontal motora se activa al evocar mentalmente los sonidos de las palabras que leemos.
El hipocampo y el lóbulo temporal son activado por los recuerdos que evoca la interpretación de la lectura.
La amígdala y áreas emocionales se activan con los contenidos sentimentales de los escritos.
Con estos datos el autor afirma que la lectura activa el conjunto del cerebro, refuerza las actividades sociales y la empatía, pudiendo reducir el nivel de estrés del lector.
Oatley sugiere que al ser la literatura de ficción una exploración de las mentes ajenas , hace que mejora la empatía del lector y su comprensión de los demás, algo de lo que estamos muy necesitados. Esta exposición es avalada por neuroimágenes o datos científicos que exploran la actividad cerebral relacionada con este tipo de emociones.
Ignacio Morgado concluye el artículo afirmando que el libro y cualquier lectura son un gimnasio para la mente beneficioso para todas las edades. Seria conveniente la educación en este sentido desde la mas temprana infancia, con lecturas adecuadas a su edad y mantenerse durante toda la vida eligiendo cada persona la lectura que mas le motiva y le conviene.
J Motis P
Resumen y Estudio.
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