miércoles, 25 de enero de 2012

Microrrelatos. Recordatorio.

Puede la soledad apoderarse de una persona,  en un momento se la lleva. Es una apreciación subjetiva intransferible. Lo mismo que la belleza, es cuestón de quién la percibe. Decidio subir y subir hasta más arriba del cielo y alli abrir nuevos horizontes. El cielo no tiene límites.

Donde había arado la tierra transformando fincas, recogiendo frutos nimios y sembrando en baldío, quedaron flores silvestres con gotas resbaladizas. ¿Era su esencia? ¿Eran lágrimas? El forense las analiza. Resultado: No es de su competencia, era sustancia viva.

En una despedida para siempre, tres colegas, tres amigos, familiares de diferente edad depositaron una rosa roja cada uno. Nunca se van a marchitar esas flores, ni el el significado que tenían, Tampoco ese recuerdo, de una acción sencilla. (Pequeñas grandres cosas)

Donde hay flores, en dibujo, artificiales, reales, con música... alli se pierden sus ojos. En un lugar donde le hubiera gustado repartir una cuantas, en aquel momento, no había ninguna al alcance. "Las mejores flores somos nosotros”, le dijeron. Inolvidable salida.
 J. Motis P      24 enero 2012

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