Auschwitz - Birkenau, 25-3-1944
Podemos comprobar que la carta de referencia, propia de una mano intenta mantener un buen ánimo, casi una cierta euforia, desde el comienzo delscrito, pero a medida que éste avanza vamos observando el predominio de laforma convexa en el renglón: sube para terminar cayendo; intenta sostener unailusión desde la línea de lo consciente, que no puede evitar dejar caer en eldesenlace donde se revela lo inconsciente. Una lucha en vano, imposible. (Documento)
Escritura compacta, absolutamente presionada, persona como refugiada sobre si misma, con temores no expresados, angustia interior.
Asfixia mental por falta de perspectiva. Agitación interior prisionero de sus preocupaciones y temores, claustracion real o simbólica, incerteza.
Tiene bajones de ánimo que alternan con subidas de energía ocasionando tensión interna que puede provocas actos compulsivos, déficit de control y confusión emotiva, facil irritabilidad. Tiene alterado el temperamento, y la relación a causa de los problemas anímicos.
J. Motis P
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Este es un curioso ejemplo de carta que sobrevivió a la censura y de autora que
sobrevivió al Holocaustro. Else Gruen, judía proveniente de Eslovaquia, estuvomucho tiempo prisionera en Auschwitz-Birkenau pero gracias a sus conocimientosde alemán y de mecanografía, consiguió trabajar como administrativa en lasoficinas del campo y vivir en condiciones más ventajosas que el resto de losprisioneros. Se puede observar en su carta el excelente nivel de escritura de unamujer culta, afectiva y apasionada pero, pese a sus condiciones de relativa omodidad, desolada, angustiada y triste. El descenso, como podemos ver en estas líneas, es progresivo a medida que avanza el escrito. (Documento)
Hay un desequilibrio entre lo que quiere y puede, entre el pensamiento y la realidad.
Pesimismo que no tiene fuerza para superar por presión ambiental; incerteza y falta de perspectiva. Desconcierto que empaña su realiad , la debilita y le crea angustia vital. La misma sensación de claustración, con menos altibajos en la tensión, pero con mayor depresión -en aumento- que la anterior escritura. Mantiene sus habilidades y el discurso correcto, aunque no puede mantener su habitual claridad de ideas, por la propia sensación de enclaustramiento.
J. Motis P.