Era una noche fantástica, él insinuó la Coveta de l' aigua. Se lo creyó. Ya de día, unas personas corteses con ella, la acompañaron, facilitaron vehiculo y fueron a por el chico. Fastidiado, no tuvo mas remedio. Cueva estrecha, claustrofobia, minifada, no podía. Bajaron todos menos ella. Metedura de pata con moraleja, no hay que tomarse las cuevas al pie de la letra…
Siempre la acompañaba al autocar de salida.
-Que hora és?, le dijo
- Son la cuatro, aún hay tiempo.
-No hagas tarde,ésta vez no puedo llevarte.
Pidió el desayuno, iba a coger las fuerzas perdidas.
No pudo. Murió al siguiente día
Ella era amiga, o crería, serlo de un feíllo con greñas. No siendo fotogénica, se puso aún peor sacando pelos del sitio y carotas feas para estar a su aparente altura. A estas "alturas aparentes" no sirve de nada querer imitarlas. Sólo dan sustos.. y silencios.
A altas horas de la noche ya está todo semidormido, un ojo se cierra y otro se abre, un sueño entra, el otro sale. La realidad, -la gente que sufre, el mudo enredado, los propios conflictos- , queda colgada con un fardo en el cuerno de la luna, la estrella polar lo fulmina.
me gusta
ResponderEliminarprecioso dentro de lo que es emociones
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