jueves, 25 de abril de 2013

Microrrelatos Abril.

Se ecesita gran cantidad de aceitunas y cobre para exportar a los avernos. Van a ampliar el número de calderas y cambiarán el agua por aceite hirviendo. Ha aumentado el número y la gravedad de los pecadores.  Exportando  aceituna, energía, y matarial de caldero,  saldremos de la crisis.

No hay que olvidar que el infierno es una dictadura aluciferada, y que la colaboración en cualquier buen inteno está descartada. Si es cierto que necesitan cada vez mas calderas y sustancias ardientes. Los inquilinos van a proporcionar lo necesario, son los mangantes del mundo.

Pasados mil años, no sabia latin ni callaba bajo tierra. Se oia su voz serena contestando todo, sonaba el tecaldo con música de fondo, se olia a puchero quemado. A la profundidad de su aposento eterno llegó un saludo del milenio anterior, calcificado.
 
El barro es nauraleza, tierra y agua. Formamos parte de ella. Se ha dado formas prácticas en cerámica utilitaria, tinajas, cantaros botijos, y demas utensilios. Desde tiempos remotos hay cerámica artística, con lo que los barros varios, son fuente de estética.

El eclipse hará mucho más intenso este efecto de la luna llena: Es un guiño del cielo para avisarnos que algunas cosas se darán vuelta. Su nota es Iluminación, así que combinada con el eclipse, quizás provoque que nuevas personas experimenten un despertar de conciencia.

 Se escribe  con sentimiento. Por eso salen reflejos de vida. Siempre queda alguna anécdota fuera, como que una vez una amiga me hizo creer que poniendose un papelito en una oreja te salia por la otra. Aun lo estoy intentando y a mi no me salen  por más que meta.
 De nuevo donde llega el mar y viendo las estrellas, por el dolor en los pies pisando piedras. Piedras de tamaños y colores diferentes , de blancas a grises, amarillentas, irisadas o negras.
 Una cosa es evidente, no hay piedras color fucsia ni transparentes. Esas sólo existen en las palabras de un sabio ausente.

Entre sisallos en flor, colinas agrestes, observando culitos de mosquitos que volando como aviones han perdido los calzones; y dando cobijo a sapos desnudos tímidos y sonrojados que son como tanques terrestres. clac, clac, un cepo ha hecho el resto. Vino el hombre del saco.

Les gustan los cuentos clásicos, los artistas modernos y el mozo que trabaja en la casa del vecino. La emoción les hace reir a carcajadas cuando pasa por su lado. En una ocasión  ¡Las miró!, ¡ les habló!: "Estas niñas no tienen sustancia ni fundamento" -dijo-. Fué un día feliz en su vida.
Tienen ocho años
J. Motis P.

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